Como dijera el matemático Didier Roy, “la robótica abre la puerta a un micro-mundo de aprendizaje motivador y entretenido. El establecimiento de un vínculo entre el mundo digital y el mundo físico ayuda a presentar a los alumnos/as una tecnología clave para su futuro.
La robótica educativa, como herramienta para aprender a programar, permite desarrollar en el alumnado habilidades cognitivas muy importantes. Podemos destacar la resolución de problemas, el trabajo en equipo, el pensamiento creativo, la comunicación e incluso un primer acercamiento al método científico. Además de desarrollar el pensamiento computacional, los robots (en sus diferentes formatos) favorecen el desarrollo de una habilidad fundamental: aprender de los errores, descubrir que los errores no son definitivos sino una fuente de nuevas conclusiones y una valiosa lección para el futuro.
Así, y desde ya un lejano 2013, en el colegio se implantó la robótica educativa en sus dos vertientes: la virtual y la física. La robótica virtual es trabajada a través de programas de libre distribución como Scratch, mientras que la robótica física es trabajada a través de robots como los Beebot, Probot, Lego Mindstorm Ev3 o los mBot. Además complementamos la formación de la competencia digital del alumnado con placas Arduino, con el diseño e impresión en 3D y con la iniciación a la aeronáutica y drones.
La robótica y la programación en su conjunto suman una dimensión fantástica a la experiencia de aprendizaje. Esta experiencia es divertida, amena y compartida.