Recientemente el alumnado de infantil vivió una experiencia muy especial: salir del colegio para recorrer el barrio y descubrir, de primera mano, los cambios que trae consigo el otoño. Un paseo lleno de aprendizajes.
Los niños y niñas caminaron por los alrededores del centro escolar, observando con atención cada rincón. Durante el recorrido, se detuvieron a mirar los árboles, las hojas caídas y los colores característicos de esta estación. También pudieron identificar elementos propios de la naturaleza en otoño: hojas secas, ramas, frutos y el aire fresco que anuncia la llegada del invierno.
Esta actividad no solo les permitió explorar el entorno cercano, sino también fomentar la curiosidad y el contacto directo con la naturaleza. Al salir del aula, el alumnado experimentó cómo el barrio se transforma con la estación, aprendiendo a valorar los pequeños detalles que muchas veces pasan desapercibidos.
El paseo fue una oportunidad para aprender jugando y observando, reforzando la idea de que la educación también se construye fuera de los libros. La experiencia dejó en los niños y niñas la emoción de descubrir que el otoño no solo se estudia, sino que se vive y se siente en cada paso por el barrio.

